- Compartir problemas y experiencias.
- Ayudar a otros a emprender y crear empresa.
- Contacto con la realidad empresarial.
- Doble flujo de aportaciones: podemos aportar nuestro trabajo, nuestras ideas, nuestra visión, nuestra experiencia, nuestra actitud… y a la vez podemos aprender y mejorar trabajando en equipo, delegando, coordinando, cooperando, relacionándonos…
- Relaciones y acciones personales y “en equipo“.
- Más peso y fuerza en nuestras relaciones con organismos e instituciones.
- Apoyo a instituciones en acciones de responsabilidad corporativa.